Una noche BatPat iba con sus amigos Rebecca, Martín y Leo, a un cementerio. Derrepente vieron a un encapuchado de aspecto muy sospechoso. Ellos no lo pensaron dos veces y salieron a correr, pero después en su casa pensaron que sería muy emocionante saber quién era ese hombre y que estaba haciendo allí. Por lo tanto, a la noche siguiente, volvieron al cementerio. Esta vez era para quedarse e investigar, a Leo no le gustó mucho la idea de volver a ese terrorífico lugar, pero no tuvo más remedio que ir. De pronto vieron al encapuchado, todos se escondieron y observaron atentamente. Vieron al señor cabando en una de la tumbas en busca de algo. Esperaron a que se fuera, una vez se fué los niños insistieron en ver lo que estaba buscando con tanto incapié. Ellos buscaban, y buscaban alguna pista pero por desgracia el tenebroso hombre, se dió cuenta y fue hacia allí. Al verlos, BatPat se dió cuenta de que, su voz le sonaba familiar.
Despues de un buen rato conversando, derepente se erguió un figura transparente de un hombretón barbudo vestido de marinero. Los niños al verlo se asustaron mucho, pero BatPat los calmó, e intentó explicarles quien era. Despues de un buen rato conversando se hicieron muy buenos amigo, los niños le explicaron de que había alguien habriendo las tumbas. Entonces el fantasma se enojó y fue en busca de aquel hombre, para que le diera una explicación0. Después de un buen rato buscandolo, por fin lo encontró y le estuvo preguntando que hacía abriendo las tumbas y asustando a los niños. El encapuchado respondió de que solo estaba buscando un tesoro del que había oido hablar. Entonces el fantasma le adbirtió que si no se marchaba lo hiba a lamentar, entonces el hombre asustado salió a correr, y nunca más volvió a acercarse a ese cementerio.
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